Comportamientos
Tipos de música vs comportamientos
En esta matriz se cruzan 2 de los aspectos fundamentales que componen la música que son el ritmo, expresado en bpm (bits por minuto) y la tonalidad, la cual puede ser mayor o menor a grandes rasgos. Con estos dos conceptos musicales, independientemente del género musical, se pueden provocar distintas emociones o sensaciones en las personas, las cuales llevadas al ámbito del marketing sensorial, puede influenciar al momento de la compra o de la experiencia que queramos brindarle a nuestro cliente. En ella se muestra de qué manera el ritmo y la tonalidad nos afecta de manera psicológica y emocional, evocando emociones que pueden ir desde lo inspirador y excitante, hasta lo triste y dramático. Tener esto en cuenta es importante para saber qué tipo de música utilizar de acuerdo a la respuesta que deseemos provocar. Tal como Díaz lo señala, desde la época del Barroco se ha descrito en Europa que las claves mayores y los tiempos rápidos causan alegría, que las claves menores y los tiempos lentos producen tristeza o que la disonancia produce ansiedad y miedo, así como relaciones más complejas de claves acopladas a estados de ánimo y sentimientos particulares como Do mayor, como música alegre y guerrera, Mi bemol, como cruel y severa, Sol mayor, como tranquila y alegre, etc. (Díaz, 2010).
No obstante, es importante devolvernos un poco, para intentar comprender por qué la música tiene el poder de generarnos tales emociones y reacciones. Como Flores lo indica: El sentido y el valor que tiene la música para los seres humanos están dados en gran medida por su notable capacidad para expresar, transmitir y evocar diversas emociones y afectos (Flores, 2009). Desde una definición de la música de una manera holística, Díaz plantea que la música es una construcción humana de sonidos encauzados la cual, mediante instrumentos finamente ajustados y una expresión motora optimizada, se constituye en un estímulo sonoro espaciotemporalmente organizado que resulta en una percepción auditiva compleja al estar dotada de estados emocionales y figurativos conscientes estéticamente significativos y culturalmente valorados (Díaz, 2010). El autor de la misma manera señala que filósofos como Arthur Schopenhauer sugieren que las emociones constituyen el significado semántico de la música y que ésta denota y encarna a la emoción humana (Díaz, 2010).
Por su parte, Lacárcel nos acerca al concepto de psicología de la música, como rama de la psicología encargada de comprender la fuerza emocional que la música ejerce sobre las personas. Desde un enfoque científico, nos indica que el oído es el más cualificado de los estímulos sensoriales cerebrales, el cual despierta e impulsa al cerebro. Es así como la música puede afectarnos emocionalmente de tal manera, que nos moviliza y nos dirige a determinados procesos psicomotrices, que afectan directamente nuestro mundo emocional, provocando así situaciones de alegría o de integración (Lacárcel, 2003). Así mismo la autora señala que la música como arte, ciencia y lenguaje universal, es un medio de expresión sin límites que llega a lo más íntimo del ser humano. Ésta, ya sea desde la interpretación, composición o simplemente desde la escucha, nos conduce a una rearmonización del estado de ánimo y de los sentimientos (Lacárcel, 2003). Es quizá por esto que Alaminos indica que la música como lenguaje, le habla incluso a los que no están prestando atención (Alaminos, 2014).
Vemos con esto sin duda alguna una herramienta poderosa en la música, capaz de influir directamente en las emociones de las personas, y con la cual, siguiendo una serie de reglas básicas, generaremos la respuesta que estamos buscando dado que el oído es un sentido que no podemos controlar voluntariamente y el cual es uno de los más estimulantes para nuestro cerebro.
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