Emociones
Emociones vs compra
En esta matriz mostramos lo que podemos provocar con el marketing de las emociones, que al final se puede transmitir a través de sonidos como jingles, cuñas, comerciales. Es importante mencionar que a través del marketing auditivo podemos provocar la emoción que queremos en nuestros consumidores y así mismo, influenciar la decisión de compra sonidos.
El primer lugar, tenemos la emoción felicidad. La búsqueda de la felicidad es una carrera interminable en la que la mayoría de las personas nos encontramos y por eso, es la emoción más fácil de apelar cuando una marca se anuncia.Como casi todo el mundo busca este sentimiento, lo que ocurre en algunas ocasiones es que el consumidor se acostumbra a él y ya no responde tan bien, es decir no lo empujamos a la compra o a la reacción que nosotros queremos que se produzca. ​Hay que crear nuevas acciones, ideas y estrategias que desemboquen en la felicidad de tu audiencia, para que sigan transmitiendo felicidad o alegría.
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En segundo lugar, tenemos la emoción tristeza, aunque todas las marcas persiguen hacer felices a sus clientes como lo hablábamos anteriormente, no podemos centrarnos sólo en la felicidad a la hora de desarrollar nuestra estrategia de marketing. El resto de las emociones son vitales para crear dinamismo y poder contar historias. Los diferentes sentimientos y emociones promueven resultados distintos. Cada vez hay más marcas que apuestan por crear anuncios con contenido conmovedor.
En tercer lugar, tenemos la emoción asociado a pertenecer a un grupo, aquí es importante mencionar que la gente se siente más segura y cómoda cuando pertenece a un grupo. Sentir que forman parte de un grupo que comparte algo en común genera, por lo general, satisfacción.
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El sentido de pertenencia nos da la confianza y la tranquilidad de saber que el resto de miembros nos apoyan y lo mismo ocurre con las marcas.Una estrategia de marca puede basarse en crear un fuerte sentimiento de pertenencia hacia esa marca y hacer que los clientes se sientan orgullosos de formar parte de ella.
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En cuarto lugar, tenemos las emociones del miedo y la sorpresa. El miedo es una parte esencial de un instinto de supervivencia y utilizarlo para las estrategias de marketing puede ser controvertido.
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Lo ideal es que una marca llame la atención de la audiencia sin llegar a crear malestar pero, cuanto más llame la atención, mejores resultados podrá obtener.
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Trabajar el miedo en marketing es mucho más complejo que el resto de las emociones, pero si se hace bien, es más efectivo y genera más clics que los anuncios positivos.
En quinto lugar, tenemos las emociones de ira y el disgusto. Dentro de las estrategias de marketing emocional, usar los sentimientos de ira o disgusto puede ser un poco arriesgado si no se realiza correctamente. La mayoría de las marcas tienden a creer que es mejor no utilizar la ira o el disgusto para la creación de sus campañas, porque piensan que una emoción negativa puede crear impactos negativos.
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Como consumidores, nos molestamos cuando vemos injusticia, cuando vemos insultos y faltas de respecto o cuando vemos gente sufrir y nos sentimos impotentes de no poder hacer nada al respecto.